jueves, 22 de mayo de 2014

Sin saber del cansancio de mi boca...

Sin saber del cansancio de mi boca,
me sangran amapolas en los labios,
me sangran y me acercan a la mística del sagrario,
al incendiario arrebol de su savia reseca.

Ya se me apresuran las estelas violáceas
de todos mis desiertos,
ya se me afierran los táctiles recuerdos...
a la noble mansedumbre de las sombras.
Ya me sangran amapolas en los labios
y espejismos, trasparencias,
ríos de sangre debilitada se abren desde el rocío
hasta esta amargura seca que es mi boca.

Ya busco el atajo que abrevie mi destino,
las afueras desde donde divisar
el imposible escorzo de mi espalda,
la intacta voracidad con que me mastico.

Busco el Ángel que me aguarda
o el céfiro que me expulse del Paraíso.

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