domingo, 29 de junio de 2014
domingo, 22 de junio de 2014
sábado, 21 de junio de 2014
Mientras allí en el claro
se detiene el perfume de las rosas,
el envanecido murmullo
de los pájaros,
aquí, en mis adentros,
arrecia la tormenta
y con furia cabalgan
negrura y sombra,
me dejan el
negro y baldío desvelo,
los dañados bordes
de un corazón casi vencido,
las detenidas horas
en las que mi otro cuerpo
se perdiera.
se detiene el perfume de las rosas,
el envanecido murmullo
de los pájaros,
aquí, en mis adentros,
arrecia la tormenta
y con furia cabalgan
negrura y sombra,
me dejan el
negro y baldío desvelo,
los dañados bordes
de un corazón casi vencido,
las detenidas horas
en las que mi otro cuerpo
se perdiera.
NG
sábado, 14 de junio de 2014
viernes, 13 de junio de 2014
Poesía en dos idiomas
Este viernes, a las 19,00 horas y en el Aula Dorado Montero del Edificio Histórico de la Universidad de Salamanca, se celebrará el lanzamiento de los libros bilingües Canto de Amor / Cânt de Iubire, de Elena Liliana Popescu, con pinturas de Miguel Elías, y Savia de las Antípodas / Seva Antipozilor, de A. P. Alencart y Miguel Elías. Leeremos poemas de ambos libros Carlos Blanco, Luis Gutiérrez, Natividad Gómez, Annie Altamirano, Paquita Lahoz y Manuel Andrés.
jueves, 12 de junio de 2014
martes, 10 de junio de 2014
Ella sabe...
La noche
que azulea
mientras cae,
se le adentra
hasta el cansancio,
negra como el
carburo
se le adentra
en la carne.
Ella sabe
de la espera tensa,
de tu aliento
acólito y frío
sobre su nuca,
de la furia pronta
en tu mano,
en tu boca,
se sabe tonta,
inútil, fea,
se sabe sucia,
una fosa séptica
cada vez que te
derramas.
Ella sabe
de la crueldad
de tu rienda
cada vez más
prieta,
sabe de tus maneras
engañosas, de tu
halo
de insustancial
afligido
y sabe que volverá
a dejar
la huella en el
espejo
para que no se sepa.
NG
domingo, 8 de junio de 2014
sábado, 7 de junio de 2014
viernes, 6 de junio de 2014
jueves, 5 de junio de 2014
Teníamos...
Teníamos la edad,
las ganas
y un verano pesado
y lánguido por
delante,
teníamos una siesta
en llamas
y en la tarde,
sombras polvorientas
con las que batallar
en el desván.
Teníamos la edad,
las ganas,
eramos pájaros
volanderos
aprendiendo a volar
con alas nuevas,
teníamos esa
certeza
de sabernos
disconformes,
“el no es justo”
como única letanía,
el corazón en
cueros,
la avidez de unas
manos
antes de las diez,
y ese secreto rubor
de después sobre el
mantel.
Teníamos un volcán
entre las piernas
y en la noche, para
amarnos,
teníamos la luna y
el encinar.
NG
domingo, 1 de junio de 2014
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