Guadalquivir cansado...
Guadalquivir cansado
me remanso en este
llano
que me infunde
temple,
me detengo en tu
vientre.
Atrás dejé los
acebuches
de raíces milenarias,
los olivos desolados
al sol,
la regia quietud
de las reses bravas,
atrás dejé las inmaculadas
garzas, bellas
esfinges
entre los carrizos.
Y me miras mármol
gris
desde los barandales
y eres Córdoba
un arpegio de
azahares,
de brisas,
de silencios,
un espejismo
que temo desaparezca
si parpadeo.
Eres Córdoba
luna árabe,
luna triunfal
de arco inconcluso
plena de blancura
casi hiriente,
mora de mirada
azabache
que hiende mi
resistencia.
Y cerca ya de la
arenosa puerta
solo quiero, Córdoba
ceñirme a tu cintura.