sábado, 9 de abril de 2011

Maribel Domínguez Real


(Fotografía de Natividad Gómez)


Vainilla.

Me preguntó si era humana
Y me beso.

Sin prisa
Recorría el blando abismo de mi boca
y las bifurcaciones frenéticas
de los anfibios junto al río.

Yo me abrochaba la sombra a la piel,
y caí dentro de sus ojos
como una fruta emergente
que está por hacer.

Las estrellas deambulaban en llamas pegajosas
dibrando la vainilla.

¡¡Mírame!! Dijo, reventando el suspiro.
Había una rabia palpitando en la sangre
que fascinaba a los pájaros.

El pelo se columpiaba revuelto de cerveza, como la noche;
y una luna impertinente,
con panales en los ojos
me comía el corazón.

Antes de marcharme descalza, le susurre...
Hay un sueño atrapado en el perfume.

(Poema cedido por Maribel Dominguez Real)

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